La nueva enciclopedia de la generación Z se llama TikTok. La red social con millones de usuarios se ha convertido en el padre nuestro de los jóvenes y en un arma de doble filo para la salud. Ahora, ha llegado el turno de las gomas dentales para decorar los dientes o para realizar una ortodoncia casera. Numerosos tiktokers han subido vídeos en los que utilizaban los elásticos para eliminar la separación entre dientes, y sí, aparentemente funciona pero, ¿esa práctica está exenta de riesgos? La respuesta es no. Partimos de la base de que «los autotratamientos estéticos mediante remedios de la abuela no existen», aclara Óscar Castro, presidente del Consejo General de Dentistas de España (CGDE).
Es cierto que se produce una modificación en la posición del diente, pero que no va a durar. «Para mover un diente debe haber una destrucción de hueso –en la posición en la que estaba– y una construcción de hueso en el lugar deseado para que así quede fijado», explica Castro. Los dientes están en un hueco (alveolo) dentro de los maxilares, por lo que, «todo movimiento que se realice de forma repentina no causará más que molestias y problemas», añade.
Para tales maniobras, los especialistas aplicarán fuerzas pequeñas y constantes, «si te mueves el diente durante horas, puede quedarse en una molestia; si lo haces durante días, puedes tener una destrucción de hueso irreversible que acabe incluso con la pérdida de la pieza», recalca Castro.
Esa pérdida del diente no es la única de las contraindicaciones de estos manitas de las ortodoncias. «Las condiciones higiénicas con las que operan son nulas así que se exponen a infecciones secundarias», añade Castro.
No todo es culpa de las redes sociales, los especialistas ponen el foco en el propio ser humano. «Estamos involucionando», apunta. «La gente está muy desocupada, cada vez tiene menos conciencia de su ser y más cuando la salud debe ser el bien más preciado», explica el odontólogo.
En la construcción de una sociedad en la que reina la estética, todo es «fachada y hedonismo», remacha el especialista. Ese «querer ser a los demás» hace que todo valga por un like, por eso los especialistas llevan años desmintiendo retos que se venden como eficaces a la par de económicos en redes.
El lugar que hoy ocupan las gomillas en los dientes, ayer lo hizo el blanqueador casero. «Miles de vídeos aseguran que mezclar limón y bicarbonato aclara el esmalte del diente», cuenta el presidente del CGDE. «La combinación de ácido cítrico con el polvo abrasivo equivale a darse con una lija sobre el diente», explica.
Aunque estas mezclas blanqueadoras no se limitan a productos que se encuentran en la despensa. «Durante el volcán de La Palma algunos trataron de vender la ceniza como pasta dental. Pasamos de usar la piedra pómez en las durezas de los pies a ponerla en los dientes», cuenta Castro.
La lista de tratamientos continúa con la tendencia de igualar la longitud de los dientes con una lima de uñas. «Que los dientes tengan distintas alturas es una cuestión anatómica. Al limarlos, todo el esmalte que se desgasta no se vuelve a regenerar y por lo tanto aparecen sensibilidades», detalla el odontólogo.
Le sigue el ejercitador de mandíbulas para marcar los músculos maseteros y «aumentar la varonilidad», describe. No podemos comparar la articulación mandibular con un bíceps. «Hay quienes han acabado dañando la articulación hasta llegar a la hipertrofia y requiriendo la intervención quirúrgica», cuenta el especialista. Pero, «si nadie se atreve a extraer un apéndice en casa, ¿por qué sí con los dientes?», se pregunta Castro.
Fuente: EL MUNDO digital