¿Reducirlo o eliminarlo de la dieta?
El abuso en su ingesta es ya en un problema mundial. La cantidad máxima diaria no debería superar el 10 por ciento de las calorías ingeridas, solo así se reduce el riesgo de sufrir de sobrepeso, diabetes y caries
El asunto empieza a ser preocupante sobre todo si echamos mano de las cifras. Según la Organización Mundial de la Salud (OMS), la cantidad recomendada de azúcar por día es de unos 25 gramos o lo que es lo mismo: 6 cucharillas diarias. En el caso de los niños, el consejo es no sobrepasar los 37 gramos (para una dieta de 1.750 calorías). Sin embargo, en el mundo consumimos, de media, 24 kilos de azúcar por persona y año. Estados Unidos encabeza el ránking con un consumo per cápita de 126,4 gramos al día (casi 31 cucharillas), le siguen Alemania y Países Bajos con 25 cucharillas, y Australia con 23.
España ocupa el lugar número 20, con una ingesta media de 70,1 gramos diarios: nada menos que 17 cucharillas. Un hecho que va más allá de unas meras cifras, ya que la Organización Mundial ha alertado de que existen 1.900 millones de adultos con sobrepeso y otros 600 millones sufren obesidad. Y según apuntan los expertos, el azúcar tiene mucho que ver con el aumento mundial de las cifras de sobrepeso.
Parece que en el siglo XXI todo tenga que ser y saber dulce. Un placer que ha conquistado los paladares a lo largo de la historia y que hoy trae de cabeza a los expertos mundiales por los efectos que causa su consumo abusivo en el organismo. Algunos investigadores ya lo consideran como la droga de nuestro siglo, aunque todavía no hay suficientes evidencias científicas de que cree adicción.
25 gramos al día
Popularmente, se le conoce como azúcar de mesa, pero su nombre científico es el de la sacarosa, un disacárido formado por una molécula de glucosa y una de fructosa que se obtienen principalmente de la caña de azúcar y cuya fórmula química es C12H22011. ¿Cuánta cantidad es aconsejable tomar? “un adulto con una dieta equilibrada de unas 2.000 kilocalorías, necesita, como máximo, que 200 kilocalorías provengan de los azúcares. Si un gramo de azúcar aporta 4 kilocalorías, con 50 gramos de azúcar los alcanzaríamos. Considerándose exceso un consumo por encima del 10 por ciento de la energía diaria requerida por una persona. Lo ideal sería no sobrepasar el 5 por ciento que equivaldrían aproximadamente a unos cinco o seis terrores de azúcar, unos 25 gramos al día”.
Sin embargo, se consume mucho más. Solo una lata de un refresco de cola, equivale a unos ocho azucarillos, superando la cantidad de azúcar recomendada por los organismos oficiales. El problema, como subraya la OMS, es que actualmente, gran parte del azúcar que consumimos diariamente se encuentra oculta en alimentos que no son considerados como dulces. Y para demostrarlo, esta autoridad mundial en materia de salud indica en su último informe que solo 1 cucharada de salsa de tomate kétchup contiene cuatro gramos de azúcar, algo que nunca se nos pasaría por la cabeza. “La gente piensa que consume azúcar cuando va a tomarse un café, coge el azucarillo y lo echa, pero muchos de los alimentos que están en nuestra nevera contienen azúcares añadidos”, afirma la endocrinóloga. Las últimas investigaciones han revelado que el 75 por ciento del azúcar que ingerimos proviene de productos elaborados:
Debido a que ese porcentaje de azúcares está “invisibilizado” en los alimentos procesados, es fundamental habituarse a leer las etiquetas de los productos para comprobar el contenido de azúcar o de alguna de sus más de 30 denominaciones: glucosa, sacarosa, jarabe, melaza, fructosa, jugo de caña, miel, glucosa, galactosa, dextrosa, lactosa, maltosa, y un largo etcétera.
Una vez localizada, debemos saber ¿por qué tiene hoy tan mala fama el azúcar? Caries, diabetes y obesidad. Lo principal que hay que conocer es que el azúcar es un ingrediente que incrementa el aporte calórico sin aportarnos ningún nutriente. El problema surge cuando el consumo se hace de forma regular mantenido en el tiempo. A largo plazo, los efectos que tiene sobre la salud un consumo abusivo del azúcar son preocupantes. Respecto a la salud bucodental, el azúcar es quizá uno de los peores enemigos de nuestra dentadura. Para la profesora y médico estomatólogo, Pía López Jornet: “la sacarosa favorece que aparezcan bacterias a nivel oral, provoca la desmineralización del esmalte de los dientes y es un gran potenciador de las caries. Por tanto, deben evitarse los alimentos ricos en azúcares como los bollos, galletas y chucherías. Y especialmente los alimentos pegajosos como el chocolate, la miel o la mermelada, porque contienen mucho azúcar que se adhiere a la dentadura y su efecto nocivo se prolonga durante más tiempo. También hay que limitar el consumo de los refrescos, especialmente las bebidas energéticas, muy de moda entre los jóvenes, porque contienen un elevado nivel de azúcar.
La clave para tener una buena salud dental es no descuidar la limpieza bucal diaria, tres cepillados después de cada comida, y una vez al año realizar una visita al dentista”. Recientemente, un equipo de científicos de la Universidad de California en San Francisco (UCSF) ha reunido 8.000 estudios donde constatan que el azúcar blanco refinado es nocivo para la salud. Todos ellos forman el proyecto “Sugarscience” donde se llega a la conclusión que el azúcar, no solo hace que el cuerpo produzca grasa, sino que también hace que enferme. La autora principal, Laura Schmidt, profesora de Facultad de Medicina UCSF, dice que el azúcar es altamente tóxico para el cuerpo y los órganos vitales, incluyendo el hígado. Volviendo a nuestro país, la endocrinóloga Luisa Fernanda Pérez Méndez afirma: “sabemos por los últimos estudios que un alto consumo de azúcares prolongado en el tiempo provoca diabetes, colesterol y sobrepeso. Los hidratos de carbono que consumimos de más (pasta, arroz, patata…) y no quemamos, se convierten en grasa en nuestro organismo y eso provoca el aumento de peso. Además, en exceso, el azúcar promueve elevados niveles de glucosa en sangre, que a su vez propician altos niveles de insulina encargada de retirar el azúcar en la sangre. Con el tiempo, el organismo puede acostumbrarse a esos elevados niveles de insulina, volviéndose en última instancia resistente a la misma, lo que se denomina diabetes tipo II”.
Medidas preventivas Objetivo: reducir el consumo de azúcar
Alfonso Mena, secretario General de Asozumos (Asociación Española de Fabricantes de Zumos) señala: “Los zumos de fruta envasados son los grandes denostados, sin embargo, de acuerdo con el Real Decreto 781/2013 que regula su elaboración y comercialización, no llevan azúcares añadidos y contienen exclusivamente los azúcares presentes, de forma natural, en las frutas de las que proceden. Por ello, consideramos que los zumos de fruta al ser un producto natural procedente de la fruta, y no llevar azúcares añadidos, no son susceptibles de reducir su contenido en azúcares”.
Entonces, ¿la meta es reducir y no eliminar? La Dra. Carmen Gómez Candela, jefa de Endocrinología del Hospital La Paz de Madrid insiste: “no hay que caer en posiciones radicales. Claro que se puede vivir sin azúcar, pero no nada aconsejable. La glucosa también tiene su función en el organismo. Los hidratos de carbono (pasta, arroz, patatas, cereales, pan) nos proporcionan energía (en forma de glucosa), es la “gasolina” de la que se alimenta especialmente el cerebro y el sistema nervioso. Por eso, cuando alguien hace una dieta y le eliminan los hidratos de carbono nota debilidad y flojera. Hay que procurar reducir el consumo de azúcar, pero sin eliminar alimentos fundamentales de la dieta, porque el organismo se podría resentir. La clave es aprender a comer, realizar las cinco comidas al día que el organismo necesita y llevar una dieta sana y equilibrada donde abunden sobre todo las frutas, verduras y legumbres”.
Azúcar sí, pero moderadamente por el bien de nuestros dientes y nuestro organismo.
Artículo extraído de la revista Dentistas:
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